viernes, 28 de marzo de 2008

El sufrimiento de un caballo.

Muchas cosas nunca funcionarán mientras miremos al caballo como una herramienta, como un juguete, o como un esclavo. Tooooodo el mundo ha leído libros de equitación, visto documentales de Parelli, y convencidos de si mismos, alegan (o alegamos, que reitero que cada cual debe analizar la viga en su ojo) ser los mayores protectores de los animales porque damos a nuestro caballo comida, cuadra, limpieza y derecho a veterinario y herrador...

¿Saben el significado de la palabra "empatía"? No se averguenzen de buscarlo en un diccionario. Yo lo he hecho. Y el mío reza: "La empatía es la capacidad cognitiva de sentir en un contexto común lo que un individuo diferente puede percibir."

No es tan dificil intentar sentir lo que percibe nuestro caballo cuando, al trote, damos botes encima de su espalda por culpa de nuestro mal equilibrio.
No es dificil imaginarnos el desconcierto que pueda sentir nuestro caballo cuando en el momento de máximo esfuerzo al iniciar un salto, una palanca infernal en la boca le produce un intenso dolor por culpa de nuestras malas manos y mala posición. ¿Como puede resolver un caballo el dilema de sentir que el jinete le empuja con las piernas y le para con manos y cuerpo?.
No es dificil imaginar como nos sentiríamos nosotros si tuviéramos que trabajar en nuestro día a día con ese cruel sistema de prueba-fallo-castigo con la dificultad de no saber exactamente que has hecho mal. En vez de un verdadero proceso de entrenamiento, tal y como es cualquier sistema educativo, mezcla de juego y aprendizaje.



Ramses realiza un salto perfecto, sintiéndose libre gracias a que María no le molesta con su buena posición y equilibrio. Dejándole las riendas largas para que pueda tomarse el entrenamiento como una diversión.

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